LA ESTRELLA | Born

jueves, 12 de noviembre de 2015


Una joya gastronómica escondida desde 1924



Hoy nos dejamos de fashionismos y restaurantes hipsters para descubrir una auténtico búnker gastronómico a escasos pasos de la Estación de Francia.

A pesar de estar muy cerca del centro del Born y la Barceloneta, se encuentra ubicado en una calle muy poco transitada, factor que unido a una estética un poco anticuada - que no vintage - hace que no nos llame para nada la atención.

Pero gracias a las buenísimas sugerencias de nuestro colega de post-ureo @dviciobarcelona hemos tenido la suerte de descubrirlo libres de prejuicios.

La Estrella fue bautizada así ya que en sus orígenes hace más de 90 años poco había por explorar en la zona y los pescadores del puerto siempre buscan una estrella para guiarse. Qué mejor nombre para un restaurante que pretendía saciar su apetito tras una dura jornada en la mar.

Son cuatro las generaciones que abalan a La Estrella, sin embargo, sus actuales propietarios han sido los que la han catapultado a la fama, especialmente y para nuestra suerte, entre el público local.

Jordi Abaidal en la sala, nos deleita con un recital de platos del día que más recuerda a un poema o una obra de teatro que al discurso propio de un maître. Su pasión y devoción por los "fuera de carta" la transmite como nadie que haya conocido nunca, es todo un espectáculo escucharlo.

En cocinas, su mujer Pepi elabora con amor una reducida carta especializada en bacalao y otras recetas tradicionales de buena salsa pero antes de decidir entre estas pocas opciones te lo pondrán muy difícil con las innumerables propuestas de temporada, así que no te emociones antes de tiempo y espera a saber todo lo que pueden ofrecerte!

Producto de mercado de primera calidad, gastronomía mediterránea/catalana y muy buena mano en la cocina. Garantía para pedir (un poco a ciegas puesto que no sabremos el precio) aquello que más se te antoje sin sufrir en exceso por la cuenta.


Para comenzar, la casa nos ofrece un surtido de pan de nueces, aceituna y pan blanco.

Todos ellos deliciosos, con buena miga y muy sabrosos. Panera a la que darás uso en unos minutos para "mojar", así que guarda, guarda.


También nos piden un pequeño sacrificio con estas croquetas caseras de pollo, a las que por supuesto no íbamos a menospreciar, buenísimas y muy cremosas como era de esperar.


Después de perdernos varias veces entre todas las posibilidades del día, finalmente apostamos por estas sepionetas con setas de temporada (producto que repetiremos a lo largo de la jornada por ser ahora su momento de máximo esplendor).

El tamaño de las sepionetas era casi diminuto por lo que estaban especialmente tiernas y con todo el sabor que les proporcionaban las setas, deliciosas además de ser una ración generosa.


No podíamos irnos de allí sin probar uno de los platos más famosos de La Estrella, su especialidad de garbanzos con salsa de gambas dorados en muselina de ajos.

Ay Diós qué diría mi madre si me leyera!! yo que nunca quiero garbanzos y que cuando me los da me los como a regañadientes y siempre después de cerciorarme de que no sean "de bote" of course... Pues sí, sorpresas te da la vida y en esta guisa me hayo jajaja... Menos mal que no controla mucho esto de interné para darme una colleja.

Los garbanzos eran muy pequeños y no se encuentran habitualmente, de textura mantecosa y sin piel, así que era un gustazo comerlos. No penséis que era el típico cocido contundente, me resultó ligero y buenísimo gracias a la combinación con las gambitas.

No os lo podéis perder! 


Pero si hubo un plato que nos puso la piel de pollo fue el Salmón de Finlandia con ceps y chips de verduritas.

Indescriptible su exquisito sabor ahumado, su delicadeza en boca, su textura y punto de cocción sublime... En honor a nuestro anfitrión confesaré que esto estaba dvicio y puedo asegurar que es el salmón más rico que he comido nunca.

Según nos explicaron, este producto es de importación y son pocas las veces al año que podemos disfrutar de él, si por casualidad lo encontráis en la carta no hay duda posible, id a por él espartanos!



La carne vino de la mano de estas carrilleras de ternera con setas como no, y es que la guarnición estaba deliciosa, las setas frescas son el mejor acompañamiento posible casi para cualquier producto y sus jugos.


Unas carrilleras que se deshacían sin apenas forzar el cuchillo gracias a las 18 horas confitando que tenían a sus espaldas, así que no les podréis decir eso de vaya cara más dura! porque ni por asomo oigan... 



Extremadamente soft.



Estaba preparada para el momento postre porque nos habían comentado que son un punto y aparte del local así que dispuesta a arriesgar y darlo todo para la ocasión, descartamos la sección de dulces tradicionales y la dedicada a los amantes hardcore del chocolate, por ser alternativas más convencionales.

Y entonces llegaron las migas que no son migas.

Elaboradas con tierra de nueces y pistacho, bañado en chocolate dulce y copadas por una bola helada de chocolate picante con peta zeta.

Sin duda el más creativo de todos los platos, sorprendente y muy muy rico.

Una combinación de texturas, matices y aromas que habría esperado en un restaurante de los modernillos y que me cautivó de forma inesperada para hacerme feliz, aún más si cabe.


Tripulantes, viajeros, foodies, devoradores del mundo, amantes de Barcelona...Busquen su Estrella porque el destino merece el viaje.




  • Por qué hay que ir? porque si no lo has hecho ya, estás tardando. Quizás no es el sitio más bonito ni más romántico del mundo, pero si lo que quieres es comer muy bien no hay nada más que añadir.
  • Volvería? indiscutiblemente, y más sabiendo que cada temporada tiene nuevas propuestas que ofrecer.
  • Moraleja como en las personas, lo bonito está en el interior.
  • Precio aproximado esta comida para dos personas regada con un vino blanco Verdejo José Galo ascendió a 90 euros en total, según la maestría de los platos me parece totalmente razonable.
  • Ubicación


LA ESTRELLA
C/ Ocata 6
Barcelona
93 310 27 68