HOFMANN | Bistrot

jueves, 18 de febrero de 2016

La última apuesta gastronómica de Mey Hofmann



Como fiel seguidora de la gran Mey Hofmann no podía perderme su última apuesta y con motivo del pasado San Cupidín decidimos visitar Hofmann Bistrot para celebrar nuestro amor por todo lo alto ^^

Ubicado en el Passeig de Sant Joan, este nuevo espacio cuenta con una terraza y una planta baja donde se puede disfrutar del vermut con picoteo, desayunos y meriendas pero también tiene una planta superior donde encontramos el restaurante con una oferta gastronómica más elaborada. Siguiendo la línea más bien clásica de sus otros locales, no cuenta con demasiadas mesas pero sí con una cristalera que permite dejar pasar la luz natural. 

Habiendo visitado su excelente restaurante, su taverna más canalla y declarándome fan absoluta de su pastelería (y sus croissants espectaculares), las expectativas estaban muy altas.







Ubicados en una mesa (de tan pequeñas dimensiones que resultó algo incómoda) empezamos con el Pan de aceite y romero, elaborado en su obrador que ofrecen a los comensales. 

Lo habíamos comido en otras ocasiones y no defraudó, este pan de aceite tiene una miga esponjosa y tu tamaño es bastante considerable por lo que dura un ratito hasta que lo terminas y eso siempre se agradece. 



Como no, pedimos unas Patatas bravas servidas con alioli y sofrito. Buena ración y bien cargadita de salsa, muy, muy ricas.



Compartimos otro de mis platos favoritos, el Canelón tradicional de pato, Amaretto y almendra que estaba buenísimo. 




También nos dejamos seducir por el Arroz de sepia y cigalas. 

Y es aquí cuando viene la primera "decepción".El arroz estaba muy rico y tenía un fondo espectacular pero nos pareció que quizás el punto de sal era un poco excesivo, nada dramático hasta el momento.

Lo que menos me gustó es que un arroz individual con un precio de 16 euros y un título en la carta que dice con cigalaS, tenga una única cigala partida por la mitad... creo yo que si hablamos en plural tendría que haber como mínimo dos ¿no? quedó un poco compensado con la sepia que había bastante pero tampoco habrá que escatimar tanto digo yo. 



Manu se decidió por la carne y pidió un Solomillo de ternera con parmentier de trufa y salsa romesco. 

La carne aunque de buena calidad y bien cocinada, nos pareció también bastante escueta y el acompañamiento ligero no ayudaba demasiado a terminar de saciar el buche. Rico pero demasiado pequeñito.



Pero lo que realmente me dolió en el alma fue el postre (yo que soy una golosa empedirnida indignada por un postre, OMG), pedimos El pijama, un flan de canela y limón con frutas en almíbar, helado de crema catalana y nata espumosa.

Empezando por la presentación, que no me pareció nada acertada ni bonita (no hay mucho que añadir viendo la foto que me ha dado pena hasta ponerla), su tamaño tampoco me pareció lógico para un postre de ocho euros, el flan estaba prácticamente aplastado y sin forma alguna perceptible, y las frutas eran unas finísimas láminas de piña y melocotón. 

El conjunto estaba bueno pero nada más, y si hay algo que me enamora de Mey es el momento "postres" que en esta ocasión me dejó chof bajo mi humilde opinión. Podéis leer mis otros artículos y comparar vosotros mismos.



En definitiva, una experiencia que pudo haber sido mucho mejor, aunque no fue un desastre épico, tampoco nos vamos a poner así y soy consciente de que esto es un "bistrot", pero no estamos hablando de un restaurante económico y sobre todo hay que tener en cuenta el bagaje y la reputación que tienen detrás. 

  • Por qué hay que ir? Mey para mi es un referente y si no conoces su cocina es uno de sus espacios más "ajustados" de precio, su carta es amplia probablemente tengas más suerte que yo.
  • Volvería? lamentablemente creo que no, quizás para desayunar si me dejo caer por allí pero no iría expresamente como en esta ocasión, y porque mi croissant de mascarpone no tiene rival
  • Moraleja nadie es perfecto, así que un ahí va un mini gomet vermell 
  • Precio aproximado esta comida para dos con un vino Finca San Martín Crianza costó 80 euros. Si todo hubiese cumplido a mi parecer, los habría pagado bien a gusto pero con estos matices, dolieron un poco.
  • Ubicación



HOFMANN BISTROT
Passeig de Sant Joan 36
Barcelona
93 246 43 83
Web