Las burgers, deliciosas también sin kétchup
¿Alguien ha dicho burger? Seguro que cuando pronunciáis esta bendita palabra, os salen más amigos que con un paquete de Donettes a punto de terminarse. Difícil resistirse a una hamburguesa de las ricas como las de Timesburg, ¿verdad?
Unas burgers hechas con mimo desde 2012, cuando tres amigos decidieron juntarse en beneficio de la humanidad y los carnívoros barceloneses abriendo su primer local ¡y ya van ocho en nuestra ciudad!
Su éxito es el resultado del uso de productos de gran calidad, el amor por los detalles, la pasión en cocinas y, por supuesto, su emblemático y característico sello en sus panes.
Está claro que entre sus múltiples opciones y sugerencias del mes encontraréis la vuestra, pero una de mis burgers favoritas (que he ido unas cuantas veces... ejem) es la de cabra.
200 gramos de carne 100% vacuno, queso de cabra, rúcula, cebolla caramelizada, confitura de arándanos y mayonesa Timesburg abrazadito en un pan tierníisimo de semillas de amapola... vamos, una burger que es pura lujuria.
Por supuesto, acompañado de un bowl de patatitas recién hechas cortadas a mano y fritas en aceite de oliva que un vicio más adictivo que las pipas en plena sesión de Netflix, receta de la abuelitita Maria Antonia.
Siempre pedimos medio kilo, porque os puede parecer algo exagerado, pero lo fuerte es que no es quedará ni una patatita, ya veréis ya.
Y como he tenido una época muy de visitar Timesburg, también os recomiendo su opción sin pan, por eso de hacerlo un poco más ligero pero igual de rico. La ración es considerable y te vas de allí (casi) con la misma sonrisa que cuando te haces un entrepanes.
Mi favorito, si voy de buena y no pido pan, es el pollo piri piri, porque está cortado finito y viene acompañado con tomate, rúcula, cebolla, mayonesa Timesburg y, of course, el aderezo piri piri.
Está buenísimo.
Pero si todavía no tenéis suficientes razones para visitar alguno de sus locales, os diré que sus salsas son también deliciosas y caseras.
Servidas a parte solo para aquellos que quieran acompañar su burger con algún condimento extra, porque, tal y como dice Sergi Ibáñez, no siempre una salsa dulzona como el Kétchup mejora el resultado final del producto, así que prefieren dejarlas al gusto del consumidor, ¡olé!
¡Ah! y que sepáis que en este caso el orden de los factores sí afecta al resultado final, si queréis que vuestra salsa tenga más sabor ponedla encima (además los ingredientes no resbalarán tanto), y si sois de los que os gusta poner más de una, poned las más intensas en la base y las más sutiles encima.
Un truquito y chivatazo procedente de Alabama es mezclar la mostaza, el kétchup y la mayonesa y servirlo todo encima de la carne, y si os apetece barbacoa o tabasco ¡pues a la mezcla también!
¿Vais pidiendo mesa?
- ¿Por qué hay que ir? Porque estas burgers, tienen sello de calidad
- Moraleja sí, una hamburgesa sin kétchup es posible
- Precio aproximado con patatas y bebida, unos 13 euros aproximadamente dependiendo de tu elección
- Ubicación
Casanova 246
Barcelona
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