Comida libanesa y pitas en un antiguo párking
Si sois aficionados a las redes sociales y seguís a tantos foodies como yo, no se os habrá escapado la reciente apertura de Párking Pita en Paseo Sant Joan.
El hermano pequeño (pero no menos agraciado) de los creadores de Parking Pizza. Y es que este antiguo párking restaurado gracias a Marcos y Berta, dará mucho que hablar en los próximos días porque ha llegado ¡para quedarse!
Con una entrada más discreta a la de su vecino y compañero Párking Pizza, este local tiene su misma esencia industrial, diáfana y desenfadada: mesa única de madera para compartir como buenos hermanos, sus famosos taburetes de cartón para dejarlo todo y no perder ni una pizca de glamour y unos cocineros que saben lo que hacen (y nosotros también gracias a su cocina a la vista).
Productos de proximidad y temporada son sus ingredientes principales, un pan de pita elaborado en la casa que no se rompe a pesar de estar bien relleno y un horno de leña que terminará de convertir sus creaciones en auténticas delicias.
Allí podréis encontrar una carta reducida que promete, ocho entrantes libaneses, cuatro pitas con mucha clase y tres postres para terminar con un final feliz.
Nosotros no podíamos dejar pasar sus patatas fritas con salsa harissa y la verdad es que estaban buenísimas, cortadas finitas con su propia piel y muy especiadas para darles ese sabor tan característico que tienen.
Y por suspuesto nos comimos un par de pitas. Nos decidimos por la de Kebab de cordero y la de pollo eco tandoori.
Nos gustó la presentación que permite apoyarlas mientras te das un respiro o tomas la foto de rigor y su aspecto, de lo más apetecible, bien rellenas y consistentes.
No sabría deciros cuál me gustó más, porque ambas tenían algo que las hacía deliciosas.
La de pollo está marinada con yogur y tandoori, servida con una salsa de tandoori, Garam Masala y pimentón ahumado. Estaba muy rica y especiada y, por decir algo, me sobró un poco de salsa acumulada al final de la pita, pero nada que vaya a arruinar el plato.
La de cordero venía con mayonesa de tahini y también fue un bocado bien rico, aunque quizás un poco menos rellena que la anterior.
Terminé mi aventura gastronómica con un dulce típico de pistacho no apto para los que no os guste mucho el dulce porque está bien bañadito de miel, a mi me gustó y como es pequeñito pues no le hice ascos al extra de lujuria.
En definitiva, es una buena opción para salir a despejarse un rato sin arruinarse, darse una vuelta por barna y degustar algo diferente. Eso sí, no lo recomendaría para una cita romántica a no ser que os guste veros con chorretones por la cara y sin escucharos demasiado, el local es algo ruidoso.
Nuestra experiencia fue buena pero es cierto que dado su éxito y reciente apertura,cen ocasiones se les ve algo desbordados, nada que con un poco más de tiempo no se solucione, ¡buena suerte en vuestro nuevo proyecto!
- ¿Por qué hay que ir? porque las pitas están muy ricas y sí, no cuestan lo mismo que en al paqui de vuestra casa, pero el producto tampoco es igual.
- Moraleja nunca digas nunca y prueba otros sabores del mundo
- Precio aproximado esta cena para dos personas con dos cervezas y dos copas de vino blanco costo 32 euros en total.
- Ubicación
PARKING PITA
Pg. Sant Joan 56
Barcelona
93 231 54 99
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